Desde tiempos remotos han existido seres, personas como usted o como yo, aunque con un elevado desarrollo psíquico y algunos conocimientos físicos, que han sabido dominar y utilizar las fuerzas de la naturaleza y su propia fuerza mental en beneficio propio o de los demás. En las sociedades primitivas actuaban como médicos, sacerdotes, legisladores y jueces, pero sobre todo se dedicaban a la sanación y al desarrollo de ritos propiciatorios para la protección de cosechas, ganado y personas. También utilizaban sus poderes o facultades mentales para dominar los elementos de la naturaleza en favor propio o en contra de los enemigos, mandando granizo y tempestades que destruían cosechas, ganado y personas. De la misma forma que utilizaban sus poderes y conocimientos para curar a un amigo, los utilizaban para destruir a un enemigo.
Con la llegada y expansión del cristianismo en occidente, las religiones y creencias ancestrales, eminentemente mágicas, fueron decayendo para dejar paso a la nueva religión, aunque siempre quedaron grupos que más o menos ocultos la seguían practicando. En otros casos, se produjo un sincretismo como medida de supervivencia ante el empuje y represión del cristianismo, que imponía la religión a sangre y fuego, ocultando a sus dioses bajo nombres y formas cristianas.
En muchos casos, la práctica oculta de los ritos pre cristianos era una forma de reacción o rebeldía ante lo que representaba la iglesia: el poder del fuerte sobre el débil que se manifestaba con una brutal represión hacia todos aquellos que seguían practicando la religión de sus ancestros.
Con la llegada de la edad contemporánea, la iglesia fue perdiendo parte de su poder, y la gente, más libre de miedos y ataduras, fue volviendo cada vez en mayor número a sus orígenes, resurgiendo con fuerza las antiguas religiones que habían permanecido ocultas, seguidas por unos pocos, que las iban transmitiendo de generación en generación, ocultando sus ritos y cuerpos filosóficos bajo símbolos o fórmulas comprensibles solo por los iniciados.
Hoy en día, cuando la iglesia ha perdido gran parte del poder temporal que ostentaba antaño, cuando ya no se quema, tortura o asesina a nadie por disentir, los rituales mágicos antiguos y modernos están al alcance de cualquiera que desee utilzarlos.
Existen grupos, escuelas esotéricas o tradiciones que utilizan sus conocimientos mágicos solo para el beneficio de los demás y de una forma altruista. A ese tipo de magia o enfoque se le denomina magia blanca o sendero de la derecha; " ésto no tiene nada que ver con ideologías políticas."
Otros utilizan los rituales para favorecer al grupo o persona que, previo pago, requiere sus servicios para destruir o dañar a un tercero. Esto es la magia negra o sendero de la izquierda. "cuidado, los practicantes del sendero de la izquierda se pueden camuflar bajo apariencias altruistas y nobles".
Para resumir; la motivación que impulsa a los seguidores de uno u otro sendero es contraria entre si, siendo contrarios también los resultados para quien la utiliza, para quien acude a ella y a quien va dirigida.
La motivación en la magia blanca es positiva y altruista.
La motivación en magia negra es en todo caso egoista y está enfocada a hacer el mal, a buscar algún tipo de beneficio personal o grupal en detrimento de otro, y así como un vínculo con un mago o maestro blanco siempre es positivo, aportándonos a la corta o a la larga beneficios espirituales que se pueden plasmar incluso a lo largo de muchas vidas o encarnaciones futuras, el vínculo con un mago negro, nos traerá siempre desgracias tanto físicas como espirituales, pudiendo abarcar también infinidad de futuras existencias de sufrimientos sin número.
Existe una ley universal no escrita, que en Sánscrito se denomina ley del Karma o de causa y efecto, que conocen muy bien todas las escuelas esotéricas tanto de oriente como de occidente, que hay que tener muy en cuenta en el momento de actuar, pensar, o sentir de una determinada forma, pues en síntesis viene a decir que tanto en ésta como en vidas futuras, vamos a cosechar todo lo que hayámos sembrado. (Quien siembra tormentas cosechará tempestades. Quien a hierro mata a hierro muere. Ojo por ojo y diente por diente). Todo aquello que hayamos hecho a través del cuerpo, la palabra y el espíritu o mente, va a repercutir en nosotros mismos. Si utilizamos la magia u otros medios para hacer el bien, esto nos beneficiará también a nosotros, pero si hacemos el mal, deberemos purificar dicha acción y eliminar su carga negativa, o bien a través de un cambio radical de actitud, o a través del sufrimiento.
Hoy en día, por desgracia, se va perdiendo el sentido altruista, y va ganando terreno a pasos agigantados un tremendo egoismo que es el origen y la causa de los grandes males que padece la humanidad: corrupción, miseria y degradación mental y física, hambre, epidemias, guerras, degradación del medio ambiente y un largo etcétera. Curiosamente, el que más tiene , el que posee mas medios para ayudar al desfavorecido, es, salvo honrosas excepciones, el que más mira por su propio interés, pisoteando al más desfavorecido, si con ello aumenta su cuenta bancaria, sin embargo, en épocas de dificultades como la actual en que hay un sinnúmero de personas sin hogar y pasando hambre, es cuando florece más la solidaridad entre la gente humilde.
El egoismo es hijo de la ignorancia. Poco a poco, el mundo en general se va cargando de un fuerte karma negativo, y si no ponemos remedio nos conducirá a una regeneración a través del sufrimiento.
Ustedes se preguntarán si todo ésto tiene remedio y en todo caso, donde se halla la solución, pues bien, la solución está al alcance de todos y en cada uno de nosotros. Se trata de cambiar nuestras tendencias y actitudes egoistas por otras altruistas, simplemente en esto. No se trata de apuntarnos en una ONG, aunque ésta idea no es desdeñable, tampoco se trata de convertirnos en super héroes, simplemente se trata de actuar con los demás como si fuéramos nosotros mismos, o como si fueran nuestras madres o nuestros hijos queridos. ahí está la solución, y la palabra clave es "EMPATÍA", o sea, ponernos realmente en la piel del otro y actuar en función de nuestras posibilidades.
En el Budismo tibetano, existe una práctica muy poderosa llamada "Tong Len", o dar y recibir. Utilizando la respiración y la visualización como vehículo, cuando inspiramos, visualizamos un humo denso, negro y húmedo que penetra en nosotros y que es el dolor, el daño o la enfermedad, todas aquellas circunstancias que provocan sufrimiento en una persona determinada o en la humanidad en general, y al espirar, con nuestro aliento, visualizamos una luz blanca, pura, muy intensa que representa todo lo mejor que pueda haber en nosotros, salud, bien estar, amor, etc, que penetra en el ser o seres y les aporta todas las condiciones positivas. Cuando estámos enfermos, tenemos algún dolor o nuestras condiciones de vida son negativas, deseamos fervientemente que todos lo seres que están pasando por lo mismo, se vean libres del sufrimiento, y que éste recaiga exclusivamente en nosotros, y así, ellos se vean libres y felices. Ésta es una forma excelente de purificar nuestro karma negativo, de ayudar a los demás, y aunque sea paradójico, de mejorar nuestra situación.
Si quien contamina un río pensara en todos los seres vivos que va a matar o perjudicar, si sintiéra a estos seres como a si mismo,o viera a éstos seres como a sus hijos queridos, todos los ríos del mundo estarían completamente limpios, y así con todo lo demás, de forma que la tierra, nuestra querida Madre Tierra se sentiría feliz y trataría a sus hijos con ternura convirtiéndose en un auténtico paraiso.
A causa de este egoismo, mucha gente desea obtener poder, riquezas, amoríos, venganzas, o simplemente manipular a los demás para obtener algo de ellos: el poder ganando unas elecciones, premios u honores del todo inmerecidos. Si, amigos, en política, y en las altas finanzas se recurre mas de lo que podamos creer a la peor clase de magia, y me estoy refiriendo a la magia negra y a los pactos satánicos.
Muchas de éstas personas de las llamadas "clases dominantes", acuden a la nigromancia o magia negra para obtener lo que desean: ganar una gran fortuna aunque sea a costa de la desgracia de otros, librarse de competidores comerciales o políticos, vengar una afrenta, escalar rápidamente a puestos elevados en la empresa, política o negocios, conseguir a la mujer o el hombre deseado, quien por los cauces normales les rechaza, deshacerse de una persona molesta, y un largo etcétera. La mente egoista es muy retorcida y obliga a buscar el placer material por todos los medios y de la forma más rápida posible.
Todo lo dicho anteriormente, también es válido para las distintas iglesias. Es bien sabido que a lo largo de la historia, el clero, de forma mas o menos oculta, también ha utilizado la nigromancia y a los nigromantes para sus fines de poder. Ellos mismos, la mayoría, no se creen lo que predican.
El disfrute de riquezas y placeres materiales en si no es malo, pues si creemos en la ley del Karma, todo lo que poseemos de una forma lícita, nos lo hemos ganado y trabajado nosotros mismos en vidas anteriores. Lo realmente negativo es hacer de las riquezas nuestro objetivo, el uso que se hace de ellas y la forma conque se han conseguido. EL FIN JAMÁS JUSTIFICA LOS MEDIOS. Si buscamos un fin correcto, los medios también deben serlo, si éstos no lo son, el fin también se desvirtúa.
Hay personas que con más o menos poderes, mas o menos aciertos y mas o menos conocimientos, ofrecen sus servicios a cambio de dinero para realizar algunos de éstos trabajos. A ellos acuden personas de todas las capas sociales y de las mas variopintas profesiones, pues la estupidez no es patrimonio de ninguna clase social en concreto, oficio o creencia. Como he apuntado antes, doy por descontado a algunas religiones o sectas que de forma más o menos oculta, tienen sus propios magos y rituales negros, encubiertos muchas veces bajo apariencias inofensivas.
En el próximo capítulo os hablaré de la impunidad legal de los trabajos psíquicos.
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