Si una persona daña a otra en un plano material, sea de la forma que sea, incurre en un delito y será castigada por la ley, ésto lo sabemos todos, pero, si lo hace a través de la magia, el delito quedará totalmente impune, pues la justicia se ciñe a las pruebas, y no dispone de medios para determinar si un paro cardíaco, un accidente de tráfico, laboral o doméstico, si una enfermedad física o psíquica son producto del azar o han sido inducidos por alguna manipulación mágica.
La magia no deja huellas ni pruebas. ¿Que huellas o pruebas puede dejar en un accidente de circulación
causado por un "despiste u obnubilacion mental momentánea", un ataque cardíaco o cualquier enfermedad provocada en la mente y plasmada en el cuerpo, el suicidio o cualquier otro tipo de desorden mental provocado todo ello por sugestión telepática?
Tened en cuenta, que el gran poder de la nigromancia reside en el hecho de que casi nadie cree en ello, pero aunque la gran mayoría no crea en un hecho, no quiere decir que ese hecho no exista, sólo quiere decir que la gran mayoría es ignorante en éste tema. Muchos, al esbozar éste tema, sueltan una gran carcajada. La risa es buena, es bueno reirse incluso de uno mismo, pero es mejor estar bien informado, sin caer en la paranoia y creerse que a uno le están atacando constantemente, tampoco se trata de eso.
El conocimiento nos tiene que hacer libres, no esclavos de nuestros fantasmas mentales. Se trata de andar por la vida con los ojos abiertos y reconocer los peligros para no caer en ellos, no para obsesionarnos con ellos.
Ante un ataque psíquico sólo pueden luchar la persona que lo padece, la persona que convive con ella, si ha tomado conciencia y ha reconocido el problema y en todo caso el mago o persona especializada en el tema. En el caso de que fallen los métodos personales, se puede acudir a un mago blanco especializado en éste tipo de problema para que efectúe el ritual más adecuado a la situación, aunque como veremos en el próximo capítulo, existen métodos muy sencillos y al alcance de todos, con los que poder repeler un ataque.
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