DAG SHANG KAGYU (el origen)
Todo empezó una aburrida tarde de verano del 1973, mientras todo el mundo dormía la siesta, caía un sol de justicia y ni tan sólo los gatos andaban por la calle.
Dejé a mi, por aquel entonces esposa, que a la sazón, estaba embarazada de mi primer hijo, y a mis padres, que se fueran a dormir la siesta, y yo, que no tenía ganas de perderme un pedacito de mis vacaciones en el sueño, me fui a vagabundear por las calles sin un rumbo fijo. En mi deambular, me paré frente a una papelería donde habían algunas revistas expuestas y me fijé en una en concreto. Este fue el origen de todo cuanto he hecho o me ha ocurrido. Ese instante marcó un antes y un después, fue mi "BIG BANG", el origen de lo que iba a ser mi universo, y yo sin saberlo, piqué, caí en la trampa y me compré la revista.
"En la vida de todo individuo aparecen momentos clave que lo trastocan todo, hay encrucijadas que en función del camino que elijamos, nuestra vida puede cambiar completamente. En éstos casos, si no somos capaces de prever el futuro, sólo podemos dejarnos llevar por nuestro instinto o por nuestra intuición. Aquí es donde se manifiestan nuestras tendencias o deseos de vidas pasadas, o sea, lo que se llama nuestro Karma, que nos conduce hacia lo que debemos experimentar.
En la vida, lo que siempre debemos tener en mente es no dañar a ningún ser con nuestras actuaciones, y procurar hacer o desear todo el bien a los demás. Si somos felices y todo nos va bien, es a causa de nuestras buenas acciones en vidas pasadas, y es muy importante dedicar ésta felicidad a los demás y desear de forma activa o pasiva, que ellos también gocen de ésta felicidad.
En todo el mundo hay muchas personas que están viviendo auténticos infiernos, aunque en muchos casos no podamos hacer nada físicamente por ellos, es muy importante que nos sensibilicemos y aunque sea mentalmente les mandemos nuestro amor, compasión y buenos deseos."
Si lo llego a saber, me quedo haciendo la siesta con mi esposa y haber continuado una vida tradicional como la que llevaba, sin demasiados problemas ni sobresaltos, y así le hubiera propinado una buena estocada al "destino". Si, si, ya se, es el Karma, que cuando madura golpea como el rayo, te da una buena patada en el trasero y te hace seguir por caminos ignotos.
Toda mi vida, ya desde muy pequeño, he tenido una fuerte inclinación espiritual. Me ha interesado todo aquello que hacía referencia al espíritu; desde la religión pura y dura hasta el esoterismo en general. Todo ésto en un marco familiar completamente ateo y materialista.
De pequeño, me sentía fuertemente impulsado a ser sacerdote católico, incluso, por Semana Santa, convencía a mi familia para encerrarme en un monasterio para hacer ejercicios espirituales sin que ellos pusieran ninguna objeción.
Al hacerme mayor, me desencanté y abandoné la práctica católica, pero seguía en mi el deseo de encontrar algo que me satisficiera y me fuera útil a nivel espiritual; pero, volvamos a la famosa revista.
Se llamaba "Karma-7". Ya veis un cierto Karma me maduró al hallar una revista del mismo nombre. Esta se repartía por toda España y creo que también por algún país Latinoamericano. Seguro que muchos de vosotros, por lo menos los de cierta edad, la habéis conocido. Hoy ya no existe, pero, por aquel entonces, fue la primera, y por bastante tiempo la única en divulgar temas paranormales.
Cuando la tuve en mis manos, me fui a un rincón sombreado y me puse a leerla. Me fascinaba, me encantaba lo que allí se decía. Me la leí entera, sin apartar la vista de ella, sin percibir el intenso calor ni las moscas que me rondaban.
"Cuando estamos muy concentrados en algo en concreto, nuestro cuerpo y nuestro entorno se desvanecen."
Hablaba de "cosas raras", pero como siempre he sido y sigo siendo un "tipo raro", me encantó. Entre todos los artículos había uno que me llamó especialmente la atención; hablaba del mundo de un tal "Lobsang Rampa" y de los lamas tibetanos. Me quedé alucinado. Tengo que seguir éste camino, pensé.
De vuelta a la civilización, después de las vacaciones, me dediqué a buscar bibliografía que ampliara los temas de la revista, entre los que destacó uno: "El tercer ojo", el primero de una colección de diecisiete, escritos por el mismo Lobsang Rampa.
Desde el primer libro, nació en mi un irrefrenable deseo de conocer a algún Lama, de estar en algún monasterio, de acceder a sus enseñanzas, de conocer el Budismo y todo aquello que hacía a esas personas ser tan especiales.
A través de la revista, empecé a tener contactos y a relacionarme con gente de ideas e intereses afines a los míos.
Cierto día conocí a un chico que me dijo ser budista y me recomendó leer un libro sobre las enseñanzas de Buda perteneciente a la escuela Theravada; su título: "Udana, la palabra de Buda". A éste le siguió "La vida de Buda", "La biblia de Buda", el "Diga Nikaya" o diálogos mayores de Buda, y un muy largo etcétera, pasando de forma natural y completamente inconsciente por el estudio de las tres grandes corrientes del Budismo: Theravada, Mahayana y Tantrayana.
La filosofía Budista me había atrapado por completo, pero seguía sin saber dónde encontrar a un Lama de verdad, y la India estaba demasiado lejos para un currante como yo.
Paralelamente al Budismo, me "empapaba" de muchas otras materias; acababa de asomarme a un mundo desconocido y fascinante, un mundo donde todo me interesaba y todo era digno de ser estudiado. Me obsesioné por la lectura y el conocimiento que ésta me proporcionaba y devoraba libros y mas libros de distintas materias, aparte de los libros sobre Budismo, que para mi, figuraban en la cúspide de mi interés. Estudiaba medicina alternativa, plantas medicinales, distintas técnicas orientales de curación, parapsicología, magia, y todo lo que rozaba con éstos temas.
Junto con unos amigos, fundé un grupo dedicado al estudio y difusión de temas paranormales, y pusimos en marcha un programa radiofónico en "Radio Sabadell", que llamamos "Espacio Infinito", el mismo título que he puesto en mi pagina.
Me dedicaba a escribir los guiones, los radiaba y asistía a todos los congresos, eventos y reuniones relacionados con éstos temas para recabar mas información que ofrecer a los oyentes y a los lectores de las revistas con las que colaboraba de forma esporádica.
En ésta época conocí a mucha gente curiosa, interesante, divertida, actores, cantantes, científicos, escritores,investigadores, charlatanes, gente en definitiva con algo que contar y con deseos de encontrar; eran buscadores como yo.
Pero seguía sin encontrar ningún rastro de Lamas o algo parecido.
En la siguiente parte narraré la forma tan curiosa de conocer la existencia de una comunidad Budista a una distancia asequible.
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