miércoles, 12 de septiembre de 2012
DAG SHANG KAGYU (el origen, parte 8)
Graus, vista general
Plaza del ayuntamiento
Lis era una mujer de origen francés, que cuando la conocí ya pasaba de los sesenta, estatura media y muy delgada. Vivía en la caseta del Villero, un antiguo refugio de pastores que ella se hizo restaurar, con su madre, una mujer anciana y ciega a quien cuidaba y mimaba con exquisitez.
Mujer de mucho carácter, amable pero también muy estricta en algunos sentidos. Lis había tenido una vida difícil, en ocasiones extremadamente dura. Padeció la ocupación nazi en París, vivió como hippy en Ibiza, (muchos de los primeros Lamas occidentales que salieron de los centros de retiro de tres años en Francia habían sido hippys), y un largo etcétera. Había pasado por circunstancias que a muchos nos hubieran destruido, pero era una mujer de gran fortaleza, aunque de aquí también su carácter fuerte. También tenía un gran corazón, llevaba los conceptos de Amor y Compasión a sus últimos extremos, amaba profundamente la vida, mimaba y protegía a toda clase de seres fueran los que fuesen.
Aunque en las largas conversaciones que mantuve con ella, me contó toda su vida, no puedo dar mas detalles. Baste lo dicho, para rendir mi pequeño homenaje a ésta gran mujer, y desear de todo corazón que se halle en el Deuachén (el paraiso de la suprema felicidad), recibiendo enseñanzas del mismísimo Buda Amitabha.
Querida Lis, los que tuvimos la gran suerte de conocerte y comprenderte jamás te olvidaremos.
Nuestro muy querido y venerado Kyab Je Kempo Kalu Rimpoché, nos envió a dos Lamas del Bután (pequeño reino del Himalaya, situado entre el Tibet y la India), para que se hicieran cargo de los centros de España, son nuestros muy queridos y venerados Lama Puntsok y Lama Drubgyu. Los principios también fueron muy complicados para ellos, tuvieron que adaptarse al país, gente, costumbres, aprender un idioma absolutamente distinto al suyo, y eso siempre es duro y difícil, pero Kalu Rimpoché no se equivocó en su elección, nos mandó a dos Lamas extraordinarios que se introdujeron inmediatamente en nuestros corazones.
El día 4-3-1984, la señora Marie de Lis-Leonie Lozes, hizo donación con documento privado de su parcela dentro del Villero.
A finales del 84, principios del 85, nos volvió a visitar nuestro muy querido y venerado Lama Kalu Rimpoché. Durante su estancia, visitó los centros de Madrid, Zaragoza Terrassa y la finca de Dag Shang Kagyu.
Cerca de Panillo, en un pequeño pueblo llamado Caneto, vivían unas parejas jóvenes que ayudaron también de forma muy activa en la construcción de lo que ahora existe.
Estos amigos, para la visita de Kalu Rimpoché, montaron una carpa grande de lona en el lugar exacto donde ahora se levanta el templo, a modo de templo provisional, donde Rimpoché impartió bajo una tremenda nevada, la iniciación de Mahakala Chadrugpa (un protector del Budismo especialmente ligado al linaje Shangpa Kagyu).
Antes de la visita de Rimpoché, mi amigo y compañero Paco Rubio y yo, fuímos a visitara las fuerzas vivas de Graus para exponerles los proyectos que teníamos para D.S,K.
Primero visitamos al alcalde, un chico jóven del partido socialista, con muchos deseos de promocionar aquella zona llena de pueblos abandonados o semi abandonados. Le explicamos detalladamente quienes éramos y lo que pretendíamos, le mostramos un anteproyecto del templo, que nos había diseñado el amigo y arquitecto Pepe Aponte, siguiendo las indicaciones del Lama Sherab. la idea le gustó, claro está, le hablamos de mucha gente y muchos posibles votos, en fin, ya sabéis, "al Cesar lo que es del Cesar". También le invitamos a una cena-toma de contacto que íbamos a efectuar en el hotel Lleida de Graus con el Lama Kalu Rimpoché, Lamas y resto de acompañantes, a lo que accedió encantado.
Después de ésta entrevista, que fue realmente muy satisfactoria, como dos quijotes, nos fuimos a enfrentar con los molinos, o sea, la otra fuerza viva "la competencia", al cura de Graus. También le expusimos lo mismo y nos atendió de forma correcta, aunque sin demasiada simpatía.
Creo que esperaba vernos de un momento a otro "el rabo y los cuernos". Claro está, no se los enseñamos, y en cuanto al olor a azufre, lo disimulamos con buenos perfumes y desodorantes, pues aunque diablos, íbamos disfrazados de personas, tal vez eso si, con un cierto aire de Testigos de Jehová, con nuestra camisita, pantalones y corbata de los domingos, y luciendo en la mano un maletín de hombre de negocios que me acompañaba siempre.
Bien, pues también invitamos al cura a la cena, quien de forma siempre muy correcta, declinó la invitación alegando, "como siempre", que las mentes poco formadas no lo iban a entender.
¡Uff! ¡que suerte!, ya me veía compartiendo mesa con la institución eclesiástica. Creo que se me nota demasiado mi anticlericalismo. (Tengo que aclarar que con la persona-cura me puedo llevar muy bien, no hay nada personal, pero con la iglesia si, con perdón). Actualmente vivo al lado de la iglesia de un pequeño pueblo y me llevo extraordinariamente bien con el cura, de vez en cuando tenemos largas charlas muy gratificantes para los dos desde el punto de vista espiritual.
En la parte 9, os contaré el desarrollo de la "primera cena" y muchas cosas mas que sucedieron.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Escribe tu opinión!